CONMEMORACIÓN DEL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

SECRETARÍA DE DESARROLLO COMUNITARIO

PARO INTERNACIONAL DE DISIDENCIAS Y MUJERES
EL 8M PARAMOS, NOS PARAMOS.

Nos paramos para repudiar todas las formas de violencias machistas y por nuestro derecho a vivir libres de esas violencias.
Paramos por las que no están por la expresión más extrema de la violencia machista, el femicidio.
Paramos por las lesbianas y transexuales asesinadas.
Nos paramos porque estamos dispuestas a resistir el dominio machista, porque no vamos a sostener relaciones de poder que sigan provocando dolor.
Paramos por las que están desaparecidas.
Nos paramos por las pibas que nunca volvieron y por las que ya no están.
Paramos para exigir Justicia.
Nos paramos por las presas por abortos clandestinos.
Paramos por iguales condiciones de trabajo.
Nos paramos para decirle basta a las violencias económicas.
Nos paramos porque podemos y sabemos cómo hacerlo, paramos por nuestras vidas. ¡Todas libres, todas juntas!
Como mujeres, adherimos al reclamo colectivo e internacional que convoca al paro del próximo 8 y 9 de marzo de 2020 reafirmando nuestro posicionamiento respecto del paro del 8M, porque creemos imprescindible visibilizar los lugares que ocupamos las mujeres en cada espacio de nuestra vida cotidiana: en las casas, en las ferias, en las fábricas, en las universidades y en todos los lugares de trabajo, en las economías populares y en los trabajos precarizados, en las calles y en las comunidades, en los hospitales y en el campo.
El 8M paramos, nos paramos.
En el marco del Día Internacional de la Mujeres Trabajadoras, acompañamos una reflexión acerca de lo que conmemoramos en un día en el que se reafirma la plena participación de las mujeres en condiciones de igualdad respecto de los varones. Lejos de la banalización de la fecha, en la que se promueven las flores y los bombones, en este día se reafirma la lucha de las mujeres de la fábrica textil Cotton de Nueva York, quienes murieron incendiadas mientras realizaban una huelga en reclamo de mejores condiciones laborales.
No existe una manera de definir la mujer, única, hegemónica, sino que pensamos a la misma desde una perspectiva amplia que nos permita seguir conquistando derechos en un marco integral e incluyente.
Este 8 de Marzo, como cada año, se conmemora el Día internacional de la Mujer Trabajadora y como tal se incluye a aquellas que se encuentran en actividad y a las desocupadas, a las que pudieron acceder a una formación y a las que se encuentran en la lucha por construir las herramientas que les habiliten un cambio, mujeres de distintos ámbitos sociales, culturales, y académicos que son representadas y representan Personas, sujetos de derechos, derechos por los cuales luchamos por hacerlos cumplir y conquistar nuevos. A partir de esta lucha se busca también alcanzar la equidad real entre hombres, mujeres y disidencias, sin géneros que sesguen derechos, en búsqueda de justicia e igualdad.
Actualmente la distribución desigual del trabajo- a expensas del no reconocimiento de la dedicación del tiempo en las tareas del hogar y cuidado de los hijes- coloca a la mujer en la gran desventaja de poder conseguir empleo remunerado, reconocido o simplemente poder destinar su tiempo a cuestiones de elección personal, determinado esto por la evidente desigualdad entre los géneros, así como también da cuenta del lugar que ocupa cada une en la economía del hogar y la toma de decisiones consecuente.
Este 8 de marzo deberá ser el puntapié que habilite un cambio de paradigma, aquel que posibilite que niñas y mujeres puedan construir un mundo laboral diferente, teniendo la posibilidad de acceder a un futuro de acuerdo a sus propias elecciones y no transversalizado por una cultura patriarcal que obture su desarrollo en función de sostener un entramado de costumbres y creencias que las relegan y excluyen, dejándolas por fuera del mercado de trabajo. Para esto es necesario que se revisen prácticas culturales desde la temprana edad, partiendo de las instituciones que construyen subjetividades y al mismo tiempo reproducen estereotipos que dan forma a lo antedicho, protegiéndolas no solo de la reproducción de prácticas culturales nocivas sino también, y principalmente, evitando situaciones de violencia en cualquier forma, que refuercen y rigidicen lo dado hasta el momento. La crecida de violencia se inicia desde temprana edad cuando el trabajo de crianza y sostén de las tareas del hogar son llevadas a cabo por las mujeres, atribuyéndoles la capacidad innata de cuidado y protección; se sostiene con el cumplimiento de roles y estereotipos arbitrariamente impuestos y se perpetúa si no se aplican políticas públicas qué permitan pensar bajo que mandatos construimos y sostenemos relaciones desiguales y violentas.
En relación al trabajo buscamos una movilización suficiente que permita el acceso a más y mejores oportunidades, aplicándose condiciones equitativas para el trabajo privado-publico, remuneraciones acordes a las tareas realizadas y un acceso al mercado promovido por un Estado que incentive la participación de las mujeres, habilitando su voz para superar las barreras actuales en igualdad de géneros.
Un cambio sustancial para lograr que esta lucha tenga su conquista, radica en el hecho de desentramar una compleja estructura que se sostiene hoy a un costo de violencia contra las mujeres -al menos 29 femicidios se registraron durante el mes de febrero y 66 en lo que va del 2020- oprimiendo voluntades, deseos y restándole la posibilidad desde niñas de crecer en pie de igualdad de derechos con los varones.
Según el Observatorio de Violencias de Género, 1 mujer es asesinada cada 23 horas y 88 niñas y niños perdieron a sus madres como consecuencia de la violencia machista en lo que va del año. En el mes de febrero, mes que se celebra el amor, es importante que repensemos la forma en la que se construyen y reproducen los vínculos afectivos en las parejas, en el 66% de los casos, las mujeres son víctimas de quienes dicen amarlas y el hogar sigue siendo el lugar más peligroso para las mujeres: el 59% de los femicidios se dieron dentro de la vivienda de la víctima.
Si te pega, te grita, te maltrata o te cela, te impone y oprime no es amor, es violencia.

ÁREA DE GENERO Y DIVERSIDAD SEXUAL