Peligran exportaciones de langostino por 500 millones de dólares

PUERTO de RAWSON,Chb (NAP) El agravamiento del conflicto que desde hace dos semanas, al menos, mantiene paralizada  a la flota congeladora tangonera, ya enciende las  luces de alarma en torno al impacto global que representa para la economía argentina, tanto desde el punto de vista fiscal, como del ingreso de divisas.

El sector congelador planteó al gobierno nacional,  a los gobiernos de las provincias en las que opera la flota langostinera y a los gremios, la necesidad de revisar la actual estructura de costos,  de la actividad,  que hoy no sería sustentabilidad económicamente y, en base a eso es que no participaron de los trabajos de prospección. Hoy la casi totalidad de barcos congeladores que operan en la captura de langostinos siguen parados.

La flota que procesa a bordo langostino, con valor agregado en cajas de 2 kilos que llegan a las góndolas, sigue paralizada pese a que se está cumplirá una semana desde la apertura de aguas nacionales.

La industria pesquera es el séptimo complejo exportador de Argentina, con una importante incidencia en el ingreso y flujo de divisas. El sector exportó en 2018 productos por 2.148 millones de dólares, de los cuales unos 1.300 millones de dólares correspondieron a la especie langostino.

El año pasado, la pesca argentina liquidó divisas por 1.863 millones de dólares, de los cuales unos 1.050 millones de dólares fueron exportaciones de Pleoticus muelleri.

El sector exportó en 2018 productos por 2.148 millones de dólares, de los cuales unos 1.300 millones de dólares correspondieron a la especie langostino.

La extensión del conflicto con la casi totalidad de los buques congeladores tangoneros en puerto podría representar, para la Argentina, una pérdida de ingreso de divisas por más de 500 millones de dólares, en el supuesto extremo de que no haya temporada de aguas nacionales para ese sector de la flota pesquera nacional.

Con todo, las negociaciones no prosperaron, el gremio del SOMU mantiene su postura de no aceptar ningún tipo de modificaciones al convenio, mientras que las cámaras empresariales y las empresas independientes sostienen que con esos valores de salarios dolarizados no es viable el negocio y, pierden menos teniendo los barcos amarrados en puerto sin salir a pescar, a pesar de los muy buenos indicadores de capturas que se reportan desde las dos subáreas habilitadas a la pesquería dentro de la zona permanente de veda de merluza.

La pesquería de langostino es una actividad generadora de divisas neta, ya que es insignificante la comercialización en el mercado local, toda vez que casi la totalidad de lo capturado se exporta. Y las exportaciones de la flota congeladora langostinera generan negocios por más de 500 millones de dólares.

El sector congelador tangonero insiste en que el problema es estructural y, en tal sentido, refiere a que existe un sobrecosto de aproximadamente un 30 por ciento. Ejemplifican que de lo que factura un barco en una marea, el 70 por ciento se va entre el costo laboral de la tripulación del barco y el 7 por ciento de retenciones de los derechos de exportación.

En otras palabras, en dos ítems, se concentra el 70 por ciento de la facturación, la cual ha bajado en los últimos años por el descenso del precio internacional del producto; valores que tuvieron una mayor depreciación por la caída de la demanda en el marco de la pandemia, por debajo de los 5 dólares.

Desde las cámaras empresarias explican ante el gobierno nacional y las administraciones provinciales que, con la actual ecuación, si un barco sale a pescar pierde alrededor de mil dólares por cada tonelada que pesca, llegando a señalar que un congelador que captura 100 toneladas, reportará pérdidas por 100 mil dólares, por lo que optan por continuar con las embarcaciones amarradas.

Mientras, que desde el sector sindical, a raíz de la salida de un buque congelador a zona de pesca sostienen que se trata de un ‘lockout patronal’, y rechazan avanzar con la posibilidad de rever la fórmula de los salarios dolarizados.

El SOMU rechaza la oferta de que los trabajadores ganen esta temporada lo mismo que la zafra langostinera nacional anterior, y el conflicto entra en una zona gris que incrementa la incertidumbre sectorial.