Falleció Diego Armando Maradona

A horas del mediodía de este Miércoles 25 de Noviembre, se conoció la noticia del fallecimiento de Diego Maradona, con él se pone punto final a una «Época de Oro» del fútbol nacional e internacional. Deportista por excelencia brillo en cada competencia futbolera haciendo palpitar las tribunas al grito de cada gol, tanto aquí en Argentina como en Europa.

Vivió a su manera y como todo un rey, tuvo altos y bajos, sus lujos, sus mujeres, sus hijos, fueron tapa de los diarios del mundo a lo largo de su vida, como así también su adicción a las drogas que lo acompañaron hasta sus últimos momentos. 

Hoy debemos recordarlo como un genio del deporte argentino que fue figura en cada momento en que entraba a cualquier cancha de fútbol, mientras la tribuna gritaba a viva voz su nombre.

Desde aquí, acompañamos la memoria de aquel Diego, que en vida nos dio todas las alegrías al grito de golllll y que hoy pasa a la historia como el mejor jugador argentino de las últimas décadas. 

Se nos fue Diego, y con él se llevó al fútbol. Porque ya nada será igual. Nunca más. La muerte del Pelusa marca un antes y un después. Y el golpe retumba en todas las latitudes.

Noviembre había sido difícil desde principios de mes, con la internación en un sanatorio privado de La Plata y el posterior traslado a la Clínica Olivos para afrontar la intervención quirúrgica en la cabeza. El éxito de la cirugía fue un alivio parcial. Le esperaba una difícil recuperación. El corazón no le aguantó.

Cuatro ambulancias se acercaron de urgencia a la casa del barrio San Andrés, ubicado entre Nordelta y el complejo Villa Nueva, en el límite entre Tigre y Escobar. Pese a la celeridad con la que arribaron ya era demasiado tarde: Diego Armando Maradona había fallecido.

Biografia

El futbolista más popular de Argentina nació, según consta en el Registro Civil, el día 30 de octubre de 1961 en Lanús, aunque todos lo identifiquen como el Pelusa de Villa Fiorito, donde transcurrió su infancia y desde donde saltó a la fama. A los nueve años inició su romance con el fútbol, cuando actuaba en un equipo infantil conocido como Los Cebollitas. Don Diego, su padre, regentaba una canchita en el barrio y dirigía el equipo Estrella Roja, al que Diego hijo accedió siendo adolescente y a despecho de sus compañeros de más edad. Estudió en el colegio comercial Avellaneda, pero no terminó el primer año del secundario, pues pasaba sus horas haciendo jueguitos (casi malabares) con la pelota.

Fichado por Argentinos Juniors, debutó en la primera división en 1976, diez días antes de cumplir dieciséis años. Siguió jugando en Argentinos Juniors hasta 1980, y si bien su equipo no obtuvo ningún campeonato, Maradona fue el máximo goleador de los torneos argentinos de los años 1978, 1979 y 1980. En 1979 formó parte de la selección juvenil que ganó el campeonato del mundo. En 1981 pasó al Boca Juniors (el River Plate también intentó contratarlo), equipo con el que salió campeón ese mismo año.

La aventura europea

Ya por entonces los clubes del viejo continente eran el destino natural de las grandes promesas del fútbol americano, y Maradona era la más destacada. Contratado en 1982 por el Fútbol Club Barcelona por 1.200 millones de pesetas (7,2 millones de euros, una cifra astronómica en la época), consiguió con los azulgranas la Copa de la Liga, la Copa del Rey (ambas en 1983) y la Supercopa de España (1984), pero una hepatitis y una lesión importante perjudicaron su rendimiento. De nuevo por una cantidad astronómica pasó en 1984 al Nápoles, con el que ganó las ligas de 1987 y 1990, la copa UEFA de 1989 y la Supercopa de Italia de 1991.

Durante su etapa italiana contrajo matrimonio con Claudia Villafañe, de la que tendría dos hijas, Dalma y Giannina. Maradona permaneció en el Nápoles hasta 1991, año en que un control antidopaje detectó consumo de cocaína, por lo que fue suspendido durante quince meses. Poco después fue detenido en Buenos Aires en una redada policial. El 28 de abril de 1992 quedó en libertad y tuvo que afrontar una acusación de suministro y tenencia de drogas.

Su carrera internacional finalizó tormentosamente en el Sevilla, equipo con el que no llegó a completar la temporada 1992-1993. Cuando regresó a Argentina tras su experiencia europea, actuó en el club rosarino Newell’s Old Boys (1993-1994) y, después de cumplir la suspensión impuesta en 1994 por la autoridad futbolística internacional (FIFA), volvió a vestir la camiseta de Boca Juniors en 1995, en una temporada irregular en cuanto a su rendimiento. En octubre de 1997 anunció su retirada definitiva después de, una vez más, dar positivo en un control antidopaje.

En 2008 fue nombrado director técnico de la selección argentina de fútbol, y su gestión, como cabía esperar, fue controvertida: pese a contar con figuras de la talla de Leo Messi, a quien reconoció como su sucesor, el combinado albiceleste no pasó de los cuartos de final en el mundial de Sudáfrica de 2010.