El mundo del Revés

En las economías modernas del planeta, los gobiernos premian la producción y el desarrollo con quitas importantes sobre impuestos y tasas tributarias. Desde hace algunos años y creo no equivocarme, luego del derrumbe económico del 2001, en nuestro país, se ha comenzado a pensar todo lo contrario y hoy la producción junto a la exportación sufren permanentemente el agravio de llevar una mochila muy pesada en sus espaldas.

Los gobiernos, cualquiera sea, Nacional, Provincial o Municipal, cargan las tintas a la hora de aplicar impuestos o tasas que afectan directamente a la producción, poniendo en dudas el desarrollo sustentable de cada una de las actividades que lleven a cabo.

Hoy los municipios, han puesto sobre el tapete el tema de la coparticipacion, que no es otra cosa que el conjunto de aportes realizados luego de un año de gestión, a través de todo lo tributado por un distrito como si fuera un monto que le pertenezca solo a las arcas municipales, cuando en realidad ese monto es el esfuerzo y el sacrificio de toda la población en su conjunto, que conforma el arco económico tributario.

La actividad agropecuaria desde aquel 2001 viene soportando los embates por ser el mayor proveedor de los distintos estados, tanto desde la producción como de la exportación, sin mediar beneficio alguno a la hora de sentarse en la mesa de conversaciones para poner limites a semejante avaricia que repercute directamente en la reinversion de capitales, toma de mano de obra, mejoramientos productivos aplicados a la economía que redundaría en mayor producción a menores costos (impuestos y tasas).

Vemos con suma preocupación que a la hora de hacer economía por parte de estos gobiernos, no existan otras ideas mas que ir sobre la parte impositiva, cuando la realidad del país demuestra que a menores costos, mayor producción y rentabilidad para todos los sectores involucrados.

Mientras sigamos pensando así, caminaremos hacia un futuro peligroso, donde aquellos que arriesgan su capital no encuentren el retorno esperado y las producciones en general se vean mermadas por excesos de cargas tributarias.

Queremos un país grande, con gobernantes inteligentes que no usen la receta económica que se viene dando desde hace tanto tiempo y que solo pone en riesgo el trabajo y las producciones de los demás.