Juntos y separados: la interna local que nadie quería

El cierre de listas dejó mucha tela para cortar. Sorpresas, heridos y un mal trago que varios alcaldes no esperaban o, al menos, intentaron eludir. La competencia de Juntos entre la Unión Cívica Radical y el PRO ya era un hecho, sin embargo, en el interior provincial los intendentes miraban de lejos la compulsa e inflaban el pecho por alcanzar el consenso en sus distritos. No obstante, quienes debieron romper cuestionaron la orden de que las PASO debían replicarse como regla general en todas las secciones, como también en los municipios.

Los alcaldes consultados cuestionaron la directiva emanada de los principales comandos, tanto del radicalismo como del PRO, y ello significó un sapo difícil de tragar. Más allá de los lugares por ocupar en los concejos o en el armado de listas seccionales, la realidad de los municipios es bien diferente y las primarias abren la competencia en medio de una convivencia pacífica entre ambos partidos que incluso integran los mismos equipos de gobierno.

En pocas horas, los principales armadores de listas vieron fracasar sus intentos por sostener el consenso y, sobre el cierre, tanto el radicalismo como el PRO debieron ingeniárselas para definir nóminas y abrir el juego. Llamados de último momento y aceptaciones contrarreloj fueron las escenas que se vieron en los principales comandos. Solo unos pocos intendentes pudieron sostener la hegemonía y esquivar la interna a nivel local, como sucedió en Mar del Plata, donde Guillermo Montenegro consiguió acordar una sola nómina.

En ambos frentes comenzó a hacerse notorio el malestar. En muchos distritos habrá PASO por primera vez desde que existe la coalición Juntos (por el Cambio), y más allá de los paños fríos que se ponen para bajar las tensiones, varios intendentes manifestaron su malestar por llegar divididos.

Desde el lado amarillo, los principales cañones apuntaron directamente al intendente de Vicente López, Jorge Macri, como el impulsor de la ruptura en lugares donde el cierre se vislumbraba ordenado y armónico. También los boinas blancas hicieron sentir su bronca, a pesar de mostrarse satisfechos por tener en el neurocirujano Facundo Manes un referente competitivo para pelear la elección.

En voz baja volvieron surgir los cuestionamientos al centralismo en las definiciones, avasallando los acuerdos previos, como también la falta de autonomía en las decisiones de los intendentes, más allá de responder a determinado color político.

Con los cortocircuitos evidentes y las declaraciones picantes de los precandidatos, a nivel local se llegó a un acuerdo, que buscará bajar la tensión y evitar los enfrentamientos. Más allá del respaldo a las postulaciones de Facundo Manes y Diego Santilli, en los municipios habrá un trabajo en conjunto para fiscalizar y acercar las propuestas al electorado. Sin embargo, la semilla del enojo está plantada, como la interna local, que pocos intendentes querían.